un sofá...
una película con tinta de sueños imposibles...
y la ingenuidad de creer en los finales felices.
Es una combinación invocada a la lágrima fácil, ¿no creéis?
Pues así soy yo. A veces, me pregunto si lo mío es de ingenuas, masoquistas o simplemente, idealistas. Pero siempre he sido así, optimista. Hasta el descuento, creo que puede haber un final feliz para todo. Si no somos optimistas hacia nuestra propia vida, nadie lo será por nosotros.
***
Ayer fue un día ajetreado, pero con un final feliz. A la mañana reunión, al mediodía/tarde curro, y a la tarde/noche paseo, risas, cena y confesiones con mi mejor amiga. El final pudo contrarrestar el cansancio que provocó el resto del día. Cansancio y estrés, porque que la cafetera de un bar se estropee y tengas que andar dando a una palanca para que se desastasque cada vez que alguien pide un café agobia bastante; sobre todo, si tenemos en cuenta que los cortados son lo que más se consume en dicho bar.
Pero, como siempre, al mal tiempo, buena cara.
;)
Se acercan las vacaciones. Dos días más de clase (martes y miércoles), un trabajo que entregar y, después, once días para desconectar (y trabajar todavía más...:S).
Esperemos poder volver a disfrutar de la maravillosa zona de Iparralde (País Vasco francés). Esta vez...Biarritz, ¿quizá?
Blonde kisses!U*
3 comentarios:
hola! acabo de caer en tu blog y me ha encantado, ya me tienes como seguidora, me has ganado con esa positividad ;)
un besito!!!
No se si los finales felices nos hacen daño...lo que está claro es que hay finales que nos han marcado...y por qué no vamos a soñar con uno así?
Bss!!
Nose si será de ingenuas o que, pero yo tambien soy muy positiva, y pienso que todo puede terminar bien. Soñar es bonito :) Disfrutad de las vacaciones! unbesito
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